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VI Homenaje a les Fabes de Asturias en Casa Menendez

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Nov 9, 2016 Eventos, Noticias, Portfolio 0 Comments

El restaurante “Casa Menéndez”, de la murciana y costera localidad de Águilas, celebra el día 3 de Diciembre la entrega de sus “Fabes de Oro”, en su edición de 2016 y dentro de las jornadas del citado mes que se dedican, desde el día 3 al 6, ambos inclusive, al rico producto gastronómico del Principado.

Este restaurante está regentado por un matrimonio, de origen asturiano, Teresa, en los fogones, y Bautista en la sala, un establecimiento coqueto, simpático, agradable y muy profesional en el que luce el brillo de sus instalaciones, lo impecable de su servicio, la elegancia de su línea de trabajo y el afán de acercamiento entre las costumbres murcianas y las de las tierras del hórreo, dando especial relevancia al producto con el que, en esta ocasión, se premia a los galardonados, aunque también ofrece otras distinciones, enmarcadas en plena temporada estival, dedicadas a otro apetecible plato como es el “Bonito del Norte”, que entrecomillamos como denominación de esos galardones.

En esta ocasión, serán los galardonados con “Les Fabes de Oro”, por un lado, el gran artista y ejemplo del manejo de la guitarra, maestro del flamenco, sencillo por naturaleza, pero consumado profesional del escenario, Francisco Javier Piñana Conesa, artística y popularmente conocido como Curro Piñana, quien atesora una innumerable relación de reconocimientos, premios y distinciones, estando considerado como un artista lleno de veteranía, a pesar de su descarada juventud.

Por otra parte, será la empresa “Makro” la receptora del otro galardón que se entrega, igualmente, en esta edición que ya alcanza su sexto año consecutivo y cuyo reconocimiento va dirigido a la empresa, pero, especialmente, al impecable e ímprobo trabajo que realiza ese colectivo humano que la firma comercial tiene por plantilla.

Los reconocimientos suelen tener como destinatarios a personas, entidades o colectivos que han manifestado preocupación, esfuerzo e inquietud por ayudar a la sociedad en general, ya sea en aspectos culturales, asistenciales, formativos, de empleo, deportivos o de cualquier otro orden. Y la esencia de estas jornadas es propiciar el acercamiento costumbrista, cultural y de raíz de ambas latitudes geográficas: el Principado de Asturias y la Región de Murcia, porque las peculiaridades de ambas zonas se complementan de maravilla para ofrecer una tierra lo que la otra no tiene. Intenta, pues, este establecimiento de cocina asturiana, ubicado en tierras murcianas, que ambas áreas geográficas se sientan cada vez más cerca, si no en lo geográfico por imposible, sí en lo afectivo, anímico, sentimental, entrañable y todos esos valores que atesoran en abundancia uno y otro lugar. Por eso, se esfuerzan en divulgar su celebración, no con sentido comercial, no, ni mucho menos, sino plenamente amparados en la consecución de esos fines de carácter profundamente social.

Las jornadas ofrecerán el disfrute de la esencia gastronómica del Principado, con el inexcusable y siempre propio acompañamiento de la sidra más pura, para que la digestión resulte placentera, suave e inolvidable. La cita gastronómica estará amenizada, como ya es habitual, por la banda de gaitas “Mozos del Convento”, de Lorca.

Quien visite “Casa Menéndez” durante esas jornadas, seguro, no se arrepentirá, aunque tenemos que reconocer que no estamos siendo equilibrados, porque este establecimiento puede visitarse en cualquier momento del año con la garantía plena de que podremos disfrutar, en todo momento, de mesa, mantel, servicio y, sobre todo, de unos alimentos reconfortantes y muy agradables para los paladares más exigentes.

Faba de Oro 2016 a Curro Piñana.

Faba de oro 2016 Curro Piñana

Cuando se funden, y hasta se confunden, veteranía y juventud

Un cartagenero con sentimiento murciano que ha paseado el nombre de nuestra región por numerosos lugares de toda la geografía flamenca, no podía quedar ajeno a nuestras “Fabes de Oro” que, en esta edición, como solemos acostumbrar, en el ánimo de atinar siempre, recibirá por méritos propios y por haber hecho tanto y tan bueno por nuestra querida Murcia.

Francisco Javier Piñana Conesa es el verdadero nombre de nuestro galardonado, aunque es artística y popularmente conocido como Curro Piñana y ya cuenta, entre otras muchas distinciones, con la que le concedió el diario “El Faro”, en 2005, nombrándole “Embajador de Cartagena”, reconocimiento que en poco puede ser superado para cualquier persona que, como es el caso que nos ocupa, le reconoce descarada y muy merecidamente como “profeta en su tierra”, algo que resulta más difícil, cada día, y que solamente consiguen “los elegidos”, como es el caso del distinguido por “Casa Menéndez”, para sus “Fabes de Oro”, en este Diciembre de 2016.

Y nos preguntamos, con no poca curiosidad, siendo como es el flamenco, ¿no tendrán algo que ver “les fabes”, la guitarra y todos los palos de ese mágico género musical?. Seguro que sí y no por coincidencia, sino porque, ambos valores, son castizos, históricos, eternos y siempre bienvenidos.

La entrega de nuestros galardones es sencilla y ágil en el tiempo, razón por la que mencionar todos los reconocimientos que ha recibido este joven artista sería tan prolijo como complejo e interminable: “Aladroque de Oro”, “Fandangos Mineros”, “Melón de Oro”, “Mejor disco del año 2011” y no seguimos para no caer en la reiteración y en el “atropello” de nuestros cortos espacios de tiempo ya mencionados, pero, así y todo, cabe decir que son muy numerosas las distinciones que ha recibido este “joven veterano”, siendo muy intencionado lo que acabamos de entrecomillar, porque nada mejor para cualquier artista que sentirse veterano y, al mismo tiempo, ser descaradamente joven, por lo mucho y bueno de experiencia que, todavía, tiene por delante, a la espera de vivir las vibraciones, sensaciones y alegrías que conlleva el aprendizaje de la vida, aunque en el mundo artístico también se crucen los sinsabores, las adversidades, los problemas y, a veces y muy lamentablemente, hasta las envidias infundadas e injustificadas hacia quienes, siendo artistas por todos los poros de su piel, son maltratados por quienes no soportan el merecido triunfo ajeno, aunque resulte plenamente “ganado a pulso”, como es el caso de nuestro querido y entrañable artista, Curro Piñana. Pero, a ese tipo de personas “sin atractivo”, mejor no dedicarles ni un segundo.

Por cierto, ¿y las gaitas con la guitarra?. ¿No encerrarán, igualmente, alguna complicidad que les genere cercanía y haya sido la providencia la que nos haya iluminado para elegir a tan emblemático artista para otorgarle lujo, brillo, “sabor” y más contenidos, si es que caben, a nuestras asturianas “fabes”?.

Sea como fuere, porque, quizás, eso nunca lo sepamos con certeza, sí estamos seguros de que la elección de este año no ha podido ser ni más artística, ni más flamenca, ni más oportuna, ni más cercana, porque inundar de “fabes” a un murciano de Cartagena, músico de corazón, flamenco de sentimiento, artista por devoción y por vocación y, por si no era suficiente, buena persona, mejor amigo y apóstol de la sencillez, es una bendición que, en esta ocasión, nos llega como un regalo caído del cielo.

Estamos de lujo, llenos de arte y embargados por el indisimulado sentimiento de hallarnos con muy “buena gente” al frente del liderazgo de ese protagonismo que encierra esta edición de nuestras “Fabes de Oro”.

Muchísimas gracias, querido y admirado Curro, por brindarnos el altísimo honor de dejarnos entrar en tu mundo y sentirnos partícipes de tu generosidad, buen talante e inalcanzable talento.

Pedro Antonio Hurtado García

Faba de Oro 2016 a MAKRO.

El equipo humano como valor esencial
de la empresa

En nuestra celebración de “Les Fabes de Oro” de este año, hemos elegido a un colectivo en el que la línea divisoria entre empresa y personas es de muy delgado tamaño y puede hasta confundirse si no actuamos con finura.

La firma que distinguimos es un ejemplo de asistencia a los profesionales de muy variados sectores, pero, en nuestro caso y por propia experiencia, tenemos que poner el foco, necesariamente, en el de la hostelería en toda su extensión más amplia y variada.

Nos referimos a “Makro”, una firma comercial de alto prestigio, pero, al mismo tiempo, de consumada proximidad a su clientela, que nos orienta, nos facilita el camino, nos ayuda, nos guía con atinado criterio y nos respalda para triunfar con mayor facilidad en nuestro quehacer diario, tal como nos ha ocurrido a nosotros mismos, desde que comenzamos nuestra singladura hostelera que, por cierto, ya va a cumplirse, muy próximamente, la primera década de existencia de nuestra asturiana cocina implantada en el litoral costero aguileño.

En las situaciones más comprometidas, cuando algo que pensamos que puede no estar e, incluso, no existir, allí va “Makro”, con su maestría, profesionalidad, seriedad y rigor, para ayudar a cada cliente en el cometido más rebuscado que pueda habérsele presentado. Y, eso, no solamente es digno de agradecer, sino que, además, es justo resaltarlo y divulgarlo con la mayor intensidad. Y, por si no era suficiente, ahí está, siempre patente, su calidad incuestionable, con el aval de las mejores marcas, el más distinguido servicio, los precios más razonables del mercado y la simpatía, conexión y cercanía hacia su clientela como motor y eje esencial del recíproco y favorable funcionamiento que siempre tiene que imperar entre proveedor y cliente. Y eso es “Makro”: buen gusto, mejor servicio, respeto a la clientela y la más pura esencia en unas relaciones que se hacen cariñosas y cercanas, con mayor intensidad, al paso del tiempo.

Pero resultaría tremendamente injusto hablar de “Makro” sin referirnos al colectivo humano que le representa y que hace posibles todas esas ventajas, virtudes y facilidades que ofrece una firma de tal magnitud, porque las empresas gozan de prestigio, seriedad, rigor, respeto y atractivo debido a que, indudablemente, tras ellas, existe un bagaje humano verdaderamente necesario e imprescindible para hacer cada movimiento acertado, cada decisión lógica, cada relación fructífera para las partes y cada paso firme, decidido y valioso para el común enriquecimiento profesional de los intervinientes en la relación comercial.
Es un renovado orgullo contar con un receptor de nuestras “Fabes de Oro”, en esta edición de 2016, de la talla, el prestigio, la categoría y el altísimo nivel que siempre nos brinda “Makro”, una empresa que, de la mano de su plantilla, nos hace la vida más fácil, el trabajo más sencillo y el éxito más cercano y posible.

Muchísimas gracias a la empresa de todo corazón por habernos querido aceptar esta distinción, pero, sobre todo, al conjunto de miembros de su plantilla por el impecable trabajo que practica y por generarnos confianza, seguridad, tranquilidad y la certeza de saber que todo lo que hacemos a su lado está presidido por una calidad incuestionable y un prestigio inimitable.

Dicen que las empresas son frías, distantes, impersonales y tajantes en sus comportamientos. Puede que sea cierto e indiscutible, pero permítasenos cuestionar esa reflexión tan generalizada, porque, en el caso de “Makro”, no percibimos esa línea de trabajo, gracias a las personas que han conseguido crear “un sello” extraordinariamente humano, cercano, amigo, simpático, razonable, servicial, atento y cariñoso con todos nosotros. Y lo palpable, como ya hemos dejado claro, hay que reconocerlo, sentirlo, admirarlo y promulgarlo a los cuatro vientos, como elemento de justo reconocimiento.

Visitar “Makro” es sentirnos como en casa propia, utilizar sus servicios es todo un “seguro de vida” y tratar con su gente es disfrutar de la profesionalidad empresarial con cuerpo de persona y elevada a la más alta dimensión.

A esas entidades, personas o colectivos, que se esfuerzan, cada día, por ayudar a nuestro entorno social, en todos los aspectos, es a las que queremos conceder nuestras “Fabes de Oro”, a quienes saben, pueden, quieren y consiguen hacer algo satisfactorio y de provecho para esta sociedad nuestra.

Por lo tanto, también nosotros queremos que ese colectivo se sienta como en casa propia, con la misma confianza, cariño y cercanía, recibiendo nuestra distinción y sabiendo que lleva el nombre de su empresa, sí, pero que el destinatario verdadero y sentido es el colectivo de personas que la representan, hombres y mujeres que se dejan la piel, cada día, para engrandecer una firma que goza de prestigio gracias a esa actitud que, además de creciente, no tiene perspectivas de relajarse nunca en ninguno de sus singulares y siempre favorables valores.


Pedro Antonio Hurtado García

¡¡¡Que lo disfruten!!! por Pedro Antonio Hurtado García
Cuando llegan las fechas del homenaje dedicado a “Les Fabes de Oro”, conmemoración y reconocimiento que merecen como ningún otro producto, pueden esperarse situaciones diferentes y celebraciones de distinta naturaleza. Y es verdad, sobre todo, en el aspecto festivo, pero nada cambia en la cocina que con tan tanto mimo cuida Teresa y cuyo resultado sirve Bautista, porque lo esencial de “Casa Menéndez” no tiene perspectivas de cambio y mucho menos de introducir “experimentos” con aquello que ya está plenamente consolidado por calidad, tradición y auténtico placer para el paladar de los comensales.

Nos mueve la esencia cocinera, nos anima el compromiso de acercar las tierras asturianas a esta soleada Murcia que ya consideramos tan nuestra como aquellas verdes campiñas del Principado. Y, si alguien quiere buscar diferencias con la tarea diaria, seguro que las hallará en los ojos de Bautista que, en cada entrega de galardones, humedece sus ojos y riega sus mejillas, una y otra vez, en las múltiples ocasiones en las que escucha ese himno, carta de identidad, tarjeta sonora o rótulo musical de presentación que es el inconfundible “Asturias, Patria querida”, con el que no puede evitar sus raíces asturianas, el sentimiento de la tierra que le vio nacer y el testimonio de gratitud por haberle enseñado, tanto a Teresa como a él, los secretos de esa cocina del Principado con la que presumen, con toda lógica, en tierras murcianas.

Y es verdad que las conocidas y populares “casas de comidas” de aquellas húmedas tierras, siempre han cultivado la honradez ante el cliente, el mejor trato al comensal y un extraordinario servicio hacia el visitante, sea su origen el que fuere, esencia que practican, Teresa y Bautista, en un establecimiento más moderno y de otro relieve, pero en el que la filosofía de funcionamiento, el espíritu de servicio y la defensa de los valores locales, de una y otra “patria”, son el denominador común que mueve su trabajo diario, mezclándolo todo con la atención al cliente y la incorporación de valores añadidos a su servicio, como eje fundamental de un negocio familiar, pequeñito en tamaño, pero enorme en detalles, atenciones y cercanía, sin olvidarnos del ejemplar e inimitable trabajo artístico y de diseño que realiza, para la cartelería de nuestros eventos de distinción, el siempre sacrificado y octogenario pintor Julio Ruiz.

Hay tierras, pueblos, costumbres y valores que son difíciles de cambiar y, por esa misma razón, “Casa Menéndez”, en el fomento de su cocina y la defensa de sus valores más preciados, quiere contar, para su próxima entrega de distinciones, allá por el verano de 2017 (y quédense con el año porque es vital), con un protagonista de excepción y sin perder la oportunidad de aprovechar el momento tan adecuado de ser fiel a su nuevo apartado de distinciones, coincidente con los galardones denominados “Bonito del Norte”, con el fin de seguir apostando por su recién estrenado “Pueblo Ejemplar” que, en esa ocasión, año y momento, quiere entregarlo, como primicia informativa, a Caravaca de la Cruz, con motivo de la celebración de su tercera edición del “Año Santo Jubilar” que, como todos sabemos, se celebra cada siete años por concesión expresa de la Santa Sede que, por añadidura, le otorgó la denominación de “Tierra Santa” y elevó a la categoría de Basílica la denominación de su, entonces, Santuario, enclavado en el interior del tan preciado castillo de la localidad del Noroeste murciano, con la esbelta y prodigiosa presencia de la tan venerada y Santísima Cruz de Caravaca.

Todos esos valores que atesora Caravaca de la Cruz, tanto de carácter religioso, peregrino, de fe, de personas de bien, sus valores paisajísticos, gastronómicos, arquitectónicos, culturales, monumentales, históricos y de muy diversa naturaleza, deben verse impulsados por todos nosotros para incrementar la grandiosidad que Murcia y toda su geografía regional precisan para que, con el empuje de unos y de otros, alcancemos el nivel turístico que esta bendita y calurosa tierra se merece, porque, aquí, la temperatura es un don, el litoral un privilegio y los tesoreros agrícolas, así como otros muchos que no mencionamos para no extendernos demasiado, merecen la atención más intensa del visitante, pero, al mismo tiempo, requieren de nuestra atención, cuidado, promoción, desarrollo y lanzamiento a todos los niveles.

Y, en el caso de Caravaca de la Cruz, es exactamente igual, pero nos atrevemos, si nos lo permiten sus habitantes, a recomendar que sean los propios caravaqueños quienes primero crean en sus valores, los promocionen con decisión, los divulguen con entusiasmo y comprendan que los afamados “Caballos del Vino”, sus “Moros y Cristianos” y sus patronales fiestas en honor a la Santísima y Vera Cruz, son ya unos acontecimientos de interés turístico internacional, pero el “Año Santo Jubilar” no es una continuación o prolongación de esos festejos, sino algo extraordinariamente importante, valioso, relevante y totalmente diferente que puede y debe conseguir para la Ciudad Santa el que se convierta en uno de los focos turístico y de peregrinación más importantes del mundo, ya que solamente cinco ciudades en la tierra gozan de ese inalcanzable privilegio.

Con ellos pretendemos y deseamos estar en nuestra próxima entrega de galardones, en el verano de 2017. Y, ahora, hemos querido anunciarlo con esos condicionantes para que, cada día que transcurra, sirva para que la ciudad caravaqueña corrija esos aspectos y que podamos hacerle entrega, entonces, de nuestra distinción referida sin tener que recordar nada a nadie con respecto a esas vitales necesidades de gancho turístico que todavía estamos a tiempo de enmendar, enderezar y engrandecer, aunque tengamos, para ello, que hacer llegar a la ciudad de la Cruz muchas raciones de “fabes” o interminables platos con el “Bonito del Norte” como protagonista.

Vivamos, ahora, esta edición de “Les Fabes de Oro” y esperemos que Caravaca de la Cruz nos confíe su gracia y el amparo de su patrona, la Santísima y Vera Cruz, para que sean muchas más las ediciones en las que podamos ofrecer costumbres asturianas a partir de los fogones tradicionales de aquella bendita tierra que goza de otros galardones de inconmensurable nivel: “Los Premios Princesa de Asturias”.

Disfrutemos de las viandas que nos prepara Teresa y llevémonos bien con Bautista para que nos las sirva con su extraordinario buen humor y simpatía de siempre. Degústenlo intensamente y… ¡¡¡que lo disfruten!!!.

Pedro Antonio Hurtado García

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